Sobre mí
A través de mis meandros
Soy Gabriela, una mujer que decidió reconocerse y vivir en el gozo de la vida tal cual es, sin máscaras ni atajos. Ser humano multidimensional y de gran diversidad cultural.
Nací y me crié en Venezuela hace más de cuatro décadas, con toques de horizontes lejanos condimentados con pulpos a la gallega, Klimbisupp, bucaneros, papá Noel, galletas navideñas y montañas merideñas.
Mi ser se ha templado en el fuego iniciático de las pérdidas, el amor que nace en ese espacio y la vulnerabilidad redentora. Abriéndome a la liberación de verme y amarme como soy, para ser cobijada por la mirada amorosa de otros.
Con el paso del tiempo he ido añadiendo retazos a mi ser, impregnados de paisajes, aromas, sabores, agua, nieve, amor, piel y corazones rotos. Por esas de la vida y mi Papá, también le añadí derivadas, integrales, química, surfactantes y algoritmos. Así que esta alma de artista añadió la ingeniería y ciencia a su repertorio.
Hace casi dos décadas, plena de ilusiones y estrenando mi vida de casada, partí a Paris para adentrarme en el misterio de los surfactantes y su capacidad de suavizar disimilitudes creando un “sistema complejo” con propiedades únicas.
Mi exploración continuó en tierras teutonas, donde no sólo me hice mamá e incursioné en la industria, sino que eché abajo mis estructuras enclenques y me permití suavizar las aristas entre mis anhelos profundos y la vida que vivía; para que no se me escurra el tiempo sin poder disfrutar de la quietud de mis meandros.
Colgué entonces, mi traje de ingeniero y mi vida de casada, para adentrarme en mi piel, con mi cuerpo como guía, surtiendo mi “Maleta del Gato Félix” de recursos como el Qigong, la neurobiología, el coaching transpersonal, el coaching somático (para pensar con nuestro cuerpo y conectar con lo invisible) y la poesía.
Mientras sanaba y recobraba mi vitalidad, se fue sembrando en mi la intención sincera de acompañar a quien quiera adentrarse en sus meandros y recordar su camino al océano de presencia plena. Es así como nace Quietud y Meandros.Gabriela Álvarez